Ele passou por Santa Maria também, atraindo atenção de simplesmente todas as pessoas que cruzaram com a dupla. Ganhou hospedagem, alimentos e chapéus de recordação. Contou a sua história para repórteres e pessoas que o encontravam no caminho. Sempre, é claro, acompanhado do burrinho de estimação - e de carga, mesmo - apelidado de Judas.

 

 

 

Não tive a oportunidade de encontrar com Jonathan. Mas, sinceramente, me apeguei essa historinha. Queria muito ter conversado com Jonathan e poder ouvir e ver, de perto, os motivos dessa virada de vida, dessa coragem de caminhar o mundo, de "se encontrar espiritualmente" através da estrada.

Pra quem ainda não sabe direito a história, o Jonathan Dunham é um bioquímico, formado e pós graduado nos Estados Unidos.

 

 

Há sete anos percorre caminhos, cidades e casas de pessoas desconhecidas.

Deixou de lado o mundo das fórmulas da bioquímica para tentar entender que a vida vai além disso. Na época, largou e se desapegou de tudo. Segundo o que relatou para a repórter Luísa Kanaan, não tinha esposa, nem filhos, mas tinha a vontade de encontrar Deus, a partir dessas viagens. Então, mochila nas costas e lá se foi.

 

 

 

O burro apareceu depois que o americano trabalhou em uma fazenda, no México. O patrão o deu de presente para acompanhá-lo na sua jornada. Desapegado de (quase) tudo, Jonathan seguiu estrada, agora não mais sozinho: ele, e Judas.

O animal ajudava o americano a carregar seus mantimentos, como algumas roupas e material para montar sua barraca no acampamento. Quando Jonathan conversou com oDiário, disse que o bichinho tinha um sexto sentido, e o ajudava a reconhecer quando as pessoas que encontrava eram confiáveis. Por muitas vezes, Judas foi único companheirodo americano nas suas andanças. Sim, como ele mesmo relata no blog , ele já passou dias sem enxergar outra coisa senão estrada e campo. Nesses momentos, tinha sempre ao lado o seu fiel companheiro. Juntos, percorreram mais de 18 mil quilômetros em cinco anos de convivência.

 

 

 

Mas, depois de passar por Santa Maria, na estrada entre Caçapava do Sul e Bagé, o burrinho passou mal. Foi na madrugada de terça para quarta, segundo relatado pelo americano a um caçapavense, que o hospedou em casa, com quem conversei ontem a tarde. O burro correu em disparada e Jonathan demorou a encontrá-lo novamente. Na manhã de quarta, Jonathan ligou para o caçapavense, avisando que Judas passava mal. O homem foi até o local, e quando chegou, Judas já havia morrido. 

O americano era só sentimento. Triste, não quis conversar com ninguém. Não tinha jeito de falar com imprensa. Estava entristecido e tudo o que queria era carregar o burro até o último local que acamparam, para enterrá-lo. Escondeu-se num mato, quis ficar sozinho e pensar na vida. Depois, passou a noite fazendo a cova do bicho.

 

 

Imagine. Um homem desapegado de tudo. Corajoso para trocar o conforto de uma vida certa pela aventura das madrugadas e serenos de estradas escuras, vazias, silenciosas. Sem apego material, sem apego à terra natal, sem apego às pessoas que encontra no caminho, sem apego à família que deixou. Mas a trajetória criou um apego inevitável: com seu bicho de estimação, seu companheiro de travessias, seu amigo Judas.

 

 

Agora, Jonathan ainda não sabe o que vai fazer da viagem. Não sabe se continua a travessia sem Judas.

Ou se, cabisbaixo, volta para a terra natal... Dessa vez, com mais saudade.

mi amigo me respondió: locos buscan locos, mi amigo me comentó que su compadre lo vio caminar por la carretera Martínez de la Torre—San Rafael, lo raro, dijo su compadre, es que el caminante venía acompañado por un burro, el compadre se detuvo por un momento y exclamó, ¿qué hace un estadounidense jalando un burro?, dio la vuelta y le preguntó ¿hacia dónde vas?, el estadounidense respondió, a Latinoamérica; el compadre, amable como siempre, sacó su tarjeta, se la entregó y le dijo,  ¿vas a pasar por Misantla?, el estadunidense respondió que sí, el compadre le dijo que a 5 kilómetros encontraría un rancho muy bonito, en donde podrán descansar y alimentarse por los días que desees, dile a mi compadre que vas de mi parte y le entregas la tarjeta, él es muy buen anfitrión; se despidió con un saludo de mano deseándole mucha suerte en su peregrinar. 
 

 

 

En la mesa Jonathan Dunham nos comentó que aún no tenía un país a donde llegaría, pero sería uno de Latinoamérica. Convivimos dos o tres días y el día la Navidad, ya no nos acompañó en el desayuno, le pregunte a mi amigo por Jonathan y m respondió, salió por la mañana, ya se fue Vicente !Que cabrón de Jonathan!  exclamo mi amigo,  ese día lo iba a entrevistar pero ya no lo encontré, como reportero me sentí frustrado, cómo se me había ido una entrevista tan importante de un peregrino, la esperanza que tenia es que algún día lo hiciera aunque fuese por correo electrónico, siempre estuvimos en contacto por el medio, cuando Jonathan tenía la oportunidad de comunicarse, me informaba a qué país había llegado o por donde caminaba, pero hace más o menos dos años que ya no volví a saber nada del peregrino. El lunes 21 de Marzo, pasó mi amigo por la casa y me comentó: Vicente mañana viene Jonathan, llega como a las diez de la mañana y desayunaremos con la señora Goya, como de costumbre; fue muy agradable recibir tal noticia, volver a saber de Jonathan y saludarlo, y ahora sí, no podría dejar de hacerle la entrevista que hace muchos año no pude. 

Caminar, no es sólo desplazarse de un punto a otro, caminar es lo que nos ocurre mientras avanzamos. Podemos tener en mente siempre hacia donde nos dirigimos, pero ese destino es tan sólo la excusa por la cual empezamos el camino. Y el camino, se hace al andar, éste cobrará vida a medida que lo recorramos. Será siempre incierto y por mucho que lointentemos, nunca sabremos lo que hay al otro lado de la montaña, más allá de aquellas dunas del desierto, o una vez cruzado el océano.  

 

 

"Cuando emprendas tu viaje pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias, que muchas sean las mañanas de verano en que llegues -Icon qué placer y alegría!- a puertos nunca vistos antes"  

"Ten siempre a Itaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Más no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos años";... 

Cavafis, en su conocido poema Viaje a Ítaca, nos recuerda que lo importante es el camino y lo que aprendemos mientras lo recorremos... 

Jonathan, ¿cuál fue el motivo de emprender un viaje caminando?

 

 

Bueno Vicente, yo no tenía la idea de caminar, ni siquiera tenía un lugar geográfico dónde llega-

ría, sólo tenía la idea de apartar me un poco de la modernidad fin de poder leer, reflexionar, revisar un poco de mi vida de encontrarme conmigo.

 

 

Hacer mi vida más lenta, sencilla, para poder enfocarme en cosas que realmente me importaban espirituales, intelectuales; cuando quieres un cambio en tu vida a veces hay que romper los habitos, costumbres, como usar el face book, la computadora, el teléfono, todas esas cosas que me quitaban tiempo, como el te- levisor, tenía que romper esas costumbres, para mí la manera mas facil era separarme de ellas, caminando.

 

 

Jonathan, ¿en qué parte de Estados Unidos emprendiste tu viaje?

 

 

En Oregón, Portland.

 

 

Jonathan, ¿qué edad tenias cuando empezaste tu viaje?

 

 

A los veintiocho años, había concluido mis estudios de Bioquímica.

 

 

Jonathan, ¿a qué hora empiezas a caminar?

 

 

Por costumbre la mayoría de la veces depende del clima, las horas ideales para caminar a veces, las cuatro de la mañana cinco, cinco y media Para no su frir tanto por el calor caminamos temprano como diez-quince kilómetros, serón cuatro-cinco horas y como a las diez de la mañana era buena hora para buscar sombra y comida para el burro, almorzaba, descansaba, leía después de dos o tres horas iniciabamos de nuevo el camino, hasta las seis o siete para buscar dónde descansar.

 

 

¿ Jonathan, cuantos kilómetros diarios caminabas?

 

 

Caminaba entre 25 o 30 kilómetros, algunos días caminaba mos hasta 55, y para el burro era ideal, no baiaba de peso, era un buen promedio, caminar grandes distancias.

 

 

Jonathan, ¿qué llevabas contigo en tu viaje?

 

 

Bueno, algunas cosas basicas como medicinas para mi, y para el burro, ropa adecuada para caminar, para andar en el campo, ropa para el calor, el frio, la lluvia, la nieve; una olla para cocinar, un machete para cortar pasto para el burro, cosas para dormir una tienda, una carpa, siempre llevaba algunos libros como las enseñanzas de Jesús, algún libro de filosofía, teología, ciencia, o una novela; lo que me encontrara en el camino.

 

 

Jonathan, sé que no caminaste solo.

 

 

Bueno Vicente, cuando empecé a caminar lo hice solo, no tenía la idea de encontrarme con otro ser vivo, para seguir caminando, cuando estaba en el norte de México, Tamaulipas, un señor me regaló un burrito, con Judas caminaba por muchos lugares, ciudades, países; iudas se convirtió en parte importante de mi caminata y de mi vida.

 

 

Jonathan, ¿Por qué, Judas tu fiel acompañante, y no otro nombre?

 

 

La gente me preguntaba porque le puse un nombre tan feo de un enemigo y no de un amigo, escuchar el nombre de Judas se piensa en el de Judas lscariote, quien fue el que entrego a Jesús y es considerado como un traidor, pero, fue por San Judas Tadeo, el santo de los casos perdidos e imposibles.

 

 

Jonathan, sé que te encontraste varios obstáculos en tu camino, ¿pero cuál te marcaría más?

 

 

Bueno Vicente, si varios como el tiempo, como cuando caía nieve, un aguacero, el frio, el calor, eran insoportables, también enfermedades extrañas, parásitos, gente que me robaba, también lo sentimental de estar leios de mi familia, yo creo que todos pasan así en la vida, no nada mas es de una caminata lo mas difícil el es cuando me robaban, en contraste, siempre había gente que me veía, cuando caminaba, me llamaba a su casa y me invitaba a comer y me daba un espacio para descansar y me regalaban cosas que necesitaba, era la gente que me animaba para continuar caminando.

 

 

Jonathan, ¿dónde dormías, dónde comías, qué comías?

 

 

Era un poco difícil saber, era un asunto muy preocupante, yo no sabía que iba a comer? y ádónde iba comer, inicie mi viaje por la montaña, ni siquiera vivía gente, en mi caminata encontré a un ruso en Estados Unidos, en medio de la nada, él me regalo unas carnes frías, unos quesos un baget. Mi creencia, dice, te pedimos el pan de cada día, era pedir para hoy, creo es la parte fundamental, confiar en Dios.

 

 

Jonathan ¿te encomendabas mucho a Dios?

 

no soy una persona muy religiosa, creo en Dios.

 

 

Jonathan, ¿Judas concluyó el viaje, o se quedó en alguna parte?

 

 

Bueno Vicente, a Judas lo encontré en Tamaulipas y me acompaño hasta Brasil, en ese país se despidió antes que concluyera el viaje, le picó una serpiente venosa y murió, Judas me acompañó casi ó años, Vicente, Judas formaba parte de mi vida, de mi caminata, cuando él muere, también  muere mi caminata, realmente murió ese capítulo de mi vida.

 

 

Jonathan, ¿en ese momento pensaste en dejar de caminar?

 

 

Si, pensé regresar a mi país, los brasileños me animaron, incluso me ofrecieron otros animales, otro burro, un caballo u otro animal que yo quisiera, al final yo decía que no, no, no es Judas y no acepté, pero en ese momento, yo me había propuesto conocer todos los países de América y ese era mi reto: eso quería hacer con iudas.

 

 

Jonathan, ¿ya te faltaban pocos países por recorrer?

 

 

Si, sólo faltaban tres y estaba cerca, me animaba a caminar solo, como comencé; en el pueblo donde murió Judas la gente se reunió y me compro una mochila la misma que tengo hoy en día, en ella metí todas las cosas y decidi continuar solo,

 

 

Jonathan, ¿en Brasil, ya tenías pensado a qué país querías llegar?

 

 

Si, me faltaba Uruguay , es un país pequeño, Buenos Aires Argentina y después Chile y terminar, pero aun tenía ganas y el tiempo estaba bonito, y seguí hasta la Patagonia, de ahí a la Tierra del Fuego, llegué a Azuaya y pasé el cana hasta la Isla Nava Riñó, el puerto Williams y de ahí, como dos días de caminata, pasas una montaña que se llama La miseria, para llegar a una población de trece personas se llama Puerto Toro, ahí me recibieron porque no había ni tienda, ni hotel, el frio era tremendo, caminando me cayó una tormenta de nieve, un día llego hasta cuarenta baio cero en Puerto Toro caminaba hasta el fin de esa isla, mas o menos una semana mús de caminata, ahí decidí deiar de caminar y disidí que era ya suficiente; sentí un agradecimiento de haber cumplido y concluido el viaje, y por todas las cosas que aprendí de la gente que conocí, la belleza del mundo que Dios ha hecho, yo me sentía muy agradecido, pero sabía que ya había terminado.

 

 

Jonathan, ya habías cumplido tu obietivo, habías Ilegado al fin del mundo, ¿qué pensaste, me regreso nuevamente caminando, en avión, en barco, en motocicleta, cómo lo harías?

 

 

Caminando tenía claro que no lo iba hacer, cuando yo tenía a Judas pensé regresar en barco porque no me era posible pagar un pasaje en avión, pero después pensé en avión, después de nueve años de caminata llegar en un día en avión era un shock para mí era imposible porque no me hacia la idea y ya estaba acostumbrado a caminar casi cumplía una década, entonces o pensé:  me voy en aventón, en raí, en carro, como mochilero; después descarté esa idea porque tenía que pasar a las ciudades y no me gustan son muy frías y me gustaba el calor que se recibe de un pueblito, en toda Latinoamérica había conocido apersonas que habían hecho su viaje en motocicleta, pensé si podía comprar una moto y si podía pagar la gasolina para llegar a Estados Unidos. Al final decidí comprar la moto, y ha sido muy estupendo, en esta forma de viaiar era posible que yo volviera a reencontrarme con la gente que había conocido cuando viaiaba con el burro, ha sido muy bonito volver y saludar y agradecer a la personas que me apoyaron, ver los cambios que han tenido los pueblos, incluso llegué a enterarme de personas que ya habían fallecido, otros se habían mudado de pueblo, otros seguían ahí; para mí es muy importante agradecer a las personas que me apoyaron, era una sorpresa en cada pueblo.

 

 

Jonathan ¿qué llegarás a hacer a Oregon?

 

 

Ya no voy a volver a Oregon, porque en casi lO años, se traslado mi tía, pero cuando llegue a Estados Unidos, no tengo idea de lo que voy hacer, he aprendido a no preocuparme, Io que necesite, Dios me va a proveer, pero el proyecto que yo tengo al llegar, es hacer un libro con mis fotos, una crónicas de mi viaje, qué aprendí, creo que esa sera una buena decisión de integrarme a una sociedad que no he conocido desde hace diez años, ese es mi plan.  

 

Jonathan emprenderías otro viaje? 

 

Yo creo que no Vicente, no, porque ya llevo diez años en esto y yo quiero hacer otras cosas en la vida, y lo bonito de lo que yo

 

 

hice los países de Latinoamérica casi todos hablan español incluso iba a ser un viaje por China si aprendo mandarin en Beiiing, después te pasas a otras provincias y hablan otros dialectos y no se entiende entre ellos, para mí lo bonito de este viaje, es convivir con gente que habla español, me encontré con esa maravillosa gente, y eso no se puede hacer en otro continente, yo creo que si emprendo otro viaje, me resultaría aburrido porque sólo puedes ver y no puedes hablar con la gente, y para mí es lo mas interesante.

 

 

Jonathan, y en tu peregrinar encontraste, un amor?

 

 

Vicente, uno se enamora cada día, la muier latina es muy bonita, pero realmente yo pasaba poco tiempo en cada lugar, por ello no había tiempo para formar una relación, en los lugares que me quedaba mas tiempo, conocí a una chica en Venezuela y otra en Chile, las quise mucho sólo, esos dos amores en los diez años.

 

 

Por último, Jonathan, ¿qué te deia el viaje?

 

 

Bueno, es un una buena pregunta Vicente, eso me pregunto todos los días, qué aprendí y es difícil administrar las cosas que aprendí, en la vida, no se aprende como se aprende en la escuela, en la escuela se entra y se aprende hechos en la vida se aprende de experiencias.

 

 

Quisiera terminar la entrevista con una frase de Bertolt Brecht

 

 

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son meiores. Hay quienes luchan muchos

 

años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la Vida: esos son los imprescindibles.”